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¿Qué podemos esperar del nuevo gobierno de Donald Trump?

Por Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista y de la UIT-CI

11/02/2025. Reproducimos la charla, desgrabada y corregida, realizada por Miguel Sorans, el jueves 30 de enero, organizada por la Juventud de Izquierda Socialista (JIS), juventud de la sección argentina de la UIT-CI. Pocos días después Trump anunciaría el inicio de su nueva “guerra comercial, fijando un 25 por ciento de aranceles de los productos que EE.UU. importa desde México y Canadá y el 10 por ciento a los de China. Le duró poco ya que a las 24 horas suspendió la aplicación de los aranceles a México y Canadá. Mientras anunciaba la repudiable propuesta de expulsión de los palestinos de Gaza, y su relocalización en otros países de la región, mencionando que: «Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza…Seremos dueños de ella”. Y agregó que podrían enviar tropas a Gaza de ser necesario la convertirían en la “Riviera del Medio Oriente”. Millones en el mundo, empezando por el pueblo palestino, salieron a repudiarlo. En la charla de Sorans hubo referencia a todos estos temas, incluido cuales son las causas del avance de la ultraderecha en el mundo y la necesidad de movilizar para derrotarla. 

La cuestión del nuevo gobierno, recientemente asumido, de Donald Trump es un tema de preocupación para el movimiento de masas de los EE.UU. y de todo el mundo. Ante la pregunta de la convocatoria “¿Qué podemos esperar del nuevo gobierno de Donald Trump?”, la respuesta podría ser sencilla: no podemos esperar nada bueno para el pueblo trabajador, las mujeres, la juventud y los pueblos del mundo.

Pero tenemos la necesidad de profundizar para ver a qué y cómo enfrentamos a este ultraderechista imperialista. También es real lo que decía el flyer “que esta película ya la vimos” por este facho ya gobernó los EE.UU. entre 2016 y 2020. Entonces podríamos decir que la película va a ser parecida, pero va ser un “remake”, que va a tener capítulos mucho más reaccionarios, más represivos, más intervencionistas y peligrosos para los pueblos del mundo. 

Pero ¿por qué? ¿Por qué cambió Trump? No. Nosotros creemos que lo que sigue cambiando o avanzando, es la decadencia del sistema capitalista imperialista mundial, que conlleva una mayor crisis de la económica capitalista, más choques y roces inter burgueses y, fundamentalmente, provoca una mayor desigualdad social y mayores niveles de pobreza. Trump va a querer fortalecer el rol de los EE.UU. de policía del mundo, amenazando con nuevas invasiones militares, apoyando los planes de ajuste y saqueo del FMI, buscando cobrarse las deudas externas con mayores cuotas de explotación de las masas.

Ante su crisis económica el imperialismo, en EE.UU. y en todo el mundo, con Biden o ahora con Trump y sus aliados no tienen otra receta que profundizar los ajustes y recortes sociales.

Pero no pueden superar su crisis económica porque la clase trabajadora y las masas siguen resistiendo los embates de los gobiernos, de las multinacionales y el FMI.

El propio Trump reconoció esta decadencia porque en su discurso de asunción, entre todas sus bravuconadas, decretó: “terminó el declive de los EE.UU.”. Y anunció a su vez que empezaba la “era de oro”. Cosa que está por verse. 

La “motosierra” de Trump va a provocar más crisis social en EE.UU.

Entonces, entró con una tremenda batería de decretos que lo que va a provocar, a corto o mediano plazo, es una mayor crisis social en los EE.UU. Mayor retroceso en los niveles de pobreza que ya hay en los EE.UU., y ni hablemos en el mundo.

Esa motosierra de sus famosos decretos firmados con su lapicera… que en realidad son marcadores. Ustedes saben que en EE.UU. hay una tradición que cuando los presidentes firman leyes importantes regalan la lapicera a personalidades relevantes. Se recuerda, muchas veces, el caso del presidente Lyndon B. Johnson que, en 1965, le regaló a Martin Luther King la lapicera con la que firmó la ley de los derechos civiles, en especial, el derecho al voto de las y los negros. Ahora Trump usa marcadores, para que sobresalga su firma, y los lanza a los presentes como si fueran pelotitas en un estadio de futbol.

Además, en este caso los primeros decretos de Trump quitan derechos. Quitaron el seguro médico de millones de pobres de los EE.UU. que viven en la calle o no tienen trabajo, cosa que los puede llevar a la muerte. Anularon el presupuesto de los programas sociales de la diversidad sexual, de la transición energética. Anularon, lo que decimos acá en Argentina cupo trans dentro de las fuerzas armadas. Decretó que solo hay dos géneros en la sociedad estadounidense. Retiró a los EE.UU. de la OMS y del acuerdo climático de París. Amenazó con quedarse con el canal de Panamá y la isla de Groenlandia y con intervenciones militares si no logra sus objetivos por las “buenas”.

Va a dar su apoyo incondicional a los criminales del sionismo del estado de Israel en la reunión que va a tener en la Casa Blanca con Netanyahu, para respaldar su genocidio al pueblo palestino y haciendo nuevas amenazas de agresiones militares futuras en Medio Oriente. Habla de terminar la guerra en Ucrania pero pretendiendo que el pueblo ucraniano se rinda ante Putin, el criminal invasor.

A su vez indultó a 1500 fachos que eran los que habían asaltado en 2021 el Capitolio y estaban desde entonces presos.

Pero no todo le está saliendo como quiere. Decretó, por ejemplo, la barbaridad de quitar la ciudadanía de los nacidos en EE.UU., hijos de inmigrantes. A las 24 horas ese decretó no se puede aplicar porque un juez, de la justicia burguesa, lo bloqueó. Y ya hay fiscales generales de 22 estados del país. que están haciendo la misma demanda. Es que este decretazo no respeta la constitución burguesa de los EE.UU., porque la enmienda 14 garantiza el derecho de ciudadanía independiente del estatus migratorio de los padres.

Y algunos de los otros decretos ya no están en vigencia, porque el mismo Trump tuvo que retirarlo ante una ola de reclamos y protestas que incluyen a senadores y diputados republicanos. Tuvo que anular la quita de subsidios a los programas sociales. Uno de esos, por ejemplo, le quitaba el servicio de salud a los centenares de miles de gente que viven en la calle y a los que no tienen trabajo.

El ataque a los inmigrantes y sus contradicciones

Hay que ver bien que va a pasar con uno de los ejes más explosivos, con el cual Donald Trump hace una especie de show permanente, que es el tema de la expulsión de millones de inmigrantes de los EE.UU. A quienes califica abiertamente de que “roban nuestro salario”, “son narcotraficantes” y “criminales”. Incluso los pocos que ha ido mandando, los manda esposados a países de origen. Por supuesto que esta acusación no tiene nada que ver con la realidad, porque los EE.UU. fue un país abierto a los inmigrantes, como todos los países de América. Por supuesto que era otra época, la de los inmigrantes irlandeses o italianos. En el siglo XX y XXI, son los millones de mexicanos y de latinoamericanos, que por la miseria que el imperialismo les impone a sus países, millones buscan una salida yendo al país del norte. Pero a su vez, esos inmigrantes son explotados, porque no es ninguna novedad que hay inmigrantes, millones de mexicanos, hondureños, centroamericanos, venezolanos, argentinos, chilenos o uruguayos, que trabajan con salarios miserables.

El discurso de Trump, racista y antiinmigrante, es una cosa discursiva y, como lo vamos a ver, tiene poca base de realidad o de aplicación. Como en los EE.UU. como parte de la decadencia capitalista, “el sueño americano” fracasó, el discurso de este ultraderechista no es novedoso, también lo hacen los derechistas de Europa, la culpa “la tienen los inmigrantes”.

Trump anunció que hará “la mayor deportación de la historia”. Veremos también como termina. Dijo que en los primeros días echaba un millón. Todavía no hay un informe que haya echado un millón. Por ahora se habla de miles.

Son las patronales las que están alertando a Trump, ya desde antes que asumiera, que tuviera cuidado de lo que va hacer. Porque gran parte de las patronales, pequeñas o grandes, empezando por los McDonalds, que tienen super ganancias por salarios que les pagan a los inmigrantes, y más a los indocumentados.

Las grandes patronales del campo, del trabajo agrario en California, en el oeste de los EE.UU., han alertado sobre este problema a Trump. Porque en California, por ejemplo, se produce el 100% de las almendras y nueces. Estados Unidos es el país que más produce almendras. La agricultura en este Estado es una industria enorme que abarca 400 variedades de cultivos, desde los campos de hortalizas del sur hasta los viñedos del norte, y que mueve miles de millones de dólares anuales.

¿Pero quienes trabajan allí?  La patronal dijo: “nosotros tenemos 2 millones 400 mil trabajadores que se ocupan de las nueces y almendras, pero la mitad son indocumentados que tiene salarios más bajos.” O sea, un millón 200 mil son trabajadoras y trabajadores indocumentados. Las patronales han dicho “si dejamos de tener a ese millón y medio de personas se hunde la producción y se hunde nuestras ganancias y nuestras empresas”.

Se suman otras voces también criticas: “Cualquier plan para llevar a cabo deportaciones masivas sería devastador tanto para la industria agrícola como para los consumidores, porque cualquier interrupción en la industria dispararía los precios en un momento en que los trabajadores ya están preocupados por la inflación”, señala en una llamada Edward Orozco Flores, director de facultad del Centro de Comunidad y Trabajo de la Universidad de California en Merced” (El País, 16/11/2024).

Entonces, ¿va a echar millones? Dijo que echaría un millón por año y, por ahora, son números muy pequeños. Llegaron 200 a personas a Colombia, otra tanto a Honduras, a Brasil, no se sabe todavía si llegaron a diez mil. Trump anunció que van a habilitar 30 mil camas para mandar a Guantánamo, todo show, aunque eso no quiere decir que no lleve algunos migrantes presos a Guantánamo. Por otro lado, ya han empezado las protestas callejeras de los inmigrantes contra las detenciones y los intentos de deportaciones.

La política de capitalismo y de los gobiernos burgueses estadounidenses, sean demócratas o republicanos, siempre ha tenido la política del doble discurso de dejar entrar a inmigrantes para tener a millones, estamos hablando de hace 30 o 40 años. para explotarlos y cada tanto hacer una expulsión para tratar de justificarse.

El récord de expulsión no lo tiene ni el partido republicano ni Trump. Este está último en la tabla de posiciones. Según las informaciones que han salido, el récord lo tienen Obama y Biden. Obama expulsó a tres millones de inmigrantes en sus 8 años, a un promedio de 375 mil por año. El que batió el récord anual fue Biden en el 2024 cuando echó a 700 mil. Ahora, ¿qué números tenemos de los años que gobernó Trump? Solo expulsó a 250 mil personas en cuatro años.

Entonces, la realidad del imperialismo y sus gobiernos es muy dudosa y confusa, y son expresiones de su crisis. Porque un presidente de los EEUU, que esté diciendo cualquier cosa, está expresando la crisis económica y política del primer país capitalista. Que tiene que estar haciendo este discurso para la tribuna y su base social ultra reaccionaria y racista.

Los aranceles, las guerras comerciales son más leña al fuego de la crisis económica capitalista