La revolución árabe en marcha
Túnez, en el norte de África, languidecía desde hace 23 años bajo la dictadura de Ben Alí, uno de los mandatarios favoritos del imperialismo yanqui y europeo. Ben Alí afianzó la economía de enclave, propiciando la multiplicación de las maquilas explotadoras francesas, y convirtiendo al emprobrecido país en un exportador de emigrantes, quienes salían por los miles cada año, huyendo de un desempleo mayor al 20% y una pobreza cada vez más asfixiante.