Categorías
Internacional Sociedad

A 15 años de la matanza de Eldorado, los Sin Tierra brasileños aún esperan justicia

El MST reitera su denuncia por la lentitud en la reforma agraria

A 15 años de la matanza de Eldorado, los Sin Tierra brasileños aún esperan justicia

 

Periódico La Jornada
Viernes 22 de abril de 2011,
Brasilia, 21 de abril. En el 15 aniversario de la matanza de Eldorado dos Carajás, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil (MST) denunció que aún espera que los tribunales brasileños hagan justicia por la muerte de 19 personas, y dijo que a pesar del hostigamiento a sus militantes no renunciará a la demanda de acelerar la reforma agraria y combatir el extendido latifundismo.

La agresión a cientos de miembros del MST, que reclamaban la expropiación de una hacienda improductiva en el sur del estado de Pará, fue desatada por policías militares cuando el secretario de Seguridad Pública estatal, Paulo Sette Cámara, ordenó el desalojo a cualquier costo de una carretera ocupada por los campesinos el 17 de abril de 1996.

En este abril rojo –mes en el que intensifican la ocupación de oficinas gubernamentales para insistir en sus reclamos–, los sobrevivientes de la matanza publicaron un manifiesto en el que afirmaron que la impunidad ha prevalecido en el procesamiento judicial de los oficiales involucrados.

Exigimos justicia, reparación política y económica a las familias de los muertos de la Matanza de El Dorado Carajás y un plan para que el Tribunal de Justicia del Estado juzgue los casos emblemáticos de quienes han sido autores intelectuales y materiales de militantes del MST, indígenas, sindicalistas y religiosos que han formado parte de los movimientos populares.

Un recuento de la Comisión Pastoral de la Tierra reveló que 34 campesinos murieron el año pasado en conflictos agrarios, de los cuales 18 sucedieron en Pará.

En el manifiesto por el aniversario de la matanza, el MST denunció una vez más la lentitud de la reforma agraria brasileña y exigió que se dote de tierras a unas 100 mil familias campesinas que viven en carpas a orillas de carreteras.