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Gadafi propone proceso de paz, elecciones y la elaboración de una nueva constitución

Gadafi propone proceso de paz, elecciones y la elaboración de una nueva constitución

El Gobierno libio insistió en una salida política al conflicto, incluida una nueva Constitución y elecciones en seis meses, si cesan los bombardeos occidentales, aunque ratificó que resistirá la agresión foránea y la rebelión armada. 11 civiles muertos por ataques de la OTAN al sur de Trípoli
Kaos. Internacional   La primerísima   21-4-2011

El Gobierno libio insistió el jueves en una salida política al conflicto, incluida una nueva Constitución y elecciones en seis meses, si cesan los bombardeos occidentales, aunque ratificó que resistirá la agresión foránea y la rebelión armada.

Medios oficiales citaron declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores, Abdelati Al-Obeidi, en las que aseguró que tras el fin de las agresiones aéreas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) podría discutirse incluso el futuro de Muamar El Gadafi.

Al-Obeidi indicó que los comicios «tendrían lugar en seis meses, supervisados por la o­nU», mientras Saif Al-Islam El Gadafi, hijo del gobernante libio, señaló a la televisión estatal que «un borrador de una Constitución fue preparado» para cuando sea derrotada la rebelión.

Saif subrayó el miércoles que «Libia no volverá a ser lo que fue (porque) la era de la primera Jamahiriya (revolución popular que lidera El Gadafi desde 1969) se ha ido», pero aclaró que el Gobierno prevalecería por encima de los rebeldes que luchan contra su padre.

Las autoridades de Trípoli subrayaron que son serias en la propuesta de un cese del fuego adecuadamente verificable bajo monitoreo de observadores extranjeros, al tiempo que reiteraron que el envío de alegados instructores a Benghazi obstruye cualquier iniciativa de paz.

Gran Bretaña, Francia e Italia anunciaron en las últimas horas que destinarán asesores militares a territorio libio para adiestrar a los rebeldes sobre cómo mejorar su organización militar, sistema de comunicaciones y aspectos logísticos para distribuir ayuda humanitaria.

En un tono conciliatorio, Al-Obeidi dijo que el Ejecutivo de El Gadafi estaba listo para sentarse a dialogar «con nuestros hermanos de Benghazi», convertida en capital de la insurgencia y sede del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT).

La oposición armada rechazó la semana pasada un plan de paz de la Unión Africana y durante un viaje ayer a París, el líder del CNT, Mustafa Abdel Jalil, insistió para que Occidente entregue armas y envíe soldados a Libia para acelerar el derrocamiento de El Gadafi.

«Después de todo, todos somos libios, somos hermanos», apuntó el canciller al abogar por un diálogo nacional que «discuta sobre democracia, reformas políticas, elecciones a la permanencia del líder, su estatus o retirada», sin «dictados» de las potencias mundiales.

Aclaró, sin embargo, que el Ejército mantendrá su contraofensiva en torno a las ciudades de Ajdabiya y Brega, en el oriente del país, y el asedio a Misratah, donde los insurgentes se niegan a rendirse, a pesar de casi dos meses de asedio gubernamental.

Según Al-Obeidi, es impensable una pausa en los ataques a Misratah, donde ayer murieron dos periodistas y otros cuatro resultaron heridos, para permitir la entrada de ayuda humanitaria, sin un contexto de cese del fuego en todo el país, con monitoreo internacional.

Rusia advierte consecuencias nefastas

En Moscú, el ministro ruso del Exterior, Serguei Lavrov, advirtió el jueves sobre las nefastas consecuencias de una operación terrestre contra Libia, antes de reunirse con el secretario general de la o­nU, Ban Ki-moon.

Rusia expresa su preocupación por el hecho de que las naciones involucradas en las acciones bélicas contra el estado norafricano son arrastradas cada vez más a una operación por tierra, lo cual tendría consecuencias muy negativas, afirmó el jefe de la diplomacia rusa.

Lavrov declaró desde Liubliana, Eslovenia, que los estados participantes en los bombardeos de más de un mes contra Libia deben acatar estrictamente la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a la cual Moscú se abstuvo de vetar.

El ministro ruso del Exterior analizará la crisis libia con el secretario general de la o­nU, quien inició esta jornada una visita de tres días a este país.

Imperio británico no enviará tropas

En respuesta a recientes denuncias del gobierno de Libia, el primer ministro británico, David Cameron, descartó el jueves que la OTAN pretenda desplegar fuerzas de infantería en ese país árabe.

Cameron salió al paso a las aseveraciones de Trípoli acerca de que los aliados violan la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la o­nU que dispuso una zona de exclusión aérea en esa nación, sin ocupación terrestre.

El gobierno libio criticó la decisión anunciada esta semana por Reino Unido, Francia e Italia de enviar asesores militares a Bengazi para ayudar a la rebelión armada a organizarse.

La administración del líder libio Muamar El Gadafi estimó que la asistencia extralimita el mandato de la o­nU, mientras analistas coincidieron en que eso es «lo más parecido a una intervención terrestre».

Por eso el primer ministro británico insistió este jueves en que la misión militar que comanda la OTAN en territorio libio no se encamina a un despliegue de sus tropas de infantería.

Cameron aseguró que la OTAN y los aliados no desplegarán soldados en ese país norteafricano, aunque insistió en que se debe «incrementar la presión» y adoptar sanciones adicionales.

El gobernante británico discutió con el presidente estadounidense, Barack Obama, las acciones que tomarían para aumentar la presión militar, diplomática y económica sobre el gobierno de Trípoli.

Reino Unido, artífice de la invasión militar a Libia junto con Estados Unidos, ha coqueteado con una eventual operación terrestre en esa nación norafricana, bombardeada desde el 19 de marzo último con la anuencia de la o­nU.

Las autoridades británicas insistieron en entrenar a grupos de insurgentes libios antes de iniciar cualquier negociación por un alto el fuego, el cual condicionan a la renuncia de El Gadafi.

Italia, país que desempeña un papel estratégico en las acciones, defendió una intervención terrestre en Libia y bombardeos selectivos sobre zonas urbanas para alcanzar el éxito de la ofensiva militar.

El canciller Franco Frattini dijo que para lograr el triunfo de la misión militar son necesarios instrumentos rechazados por la comunidad internacional como la invasión por tierra y los ataques selectivos.

El atolladero libio

Por Zhao Kejin, El Pueblo en Línea

Después de semanas de intercambio de fuego entre las partes enfrentadas, el conflicto libio parece haber caído en un estancamiento. Los aliados occidentales dieron por sentado que podrían intervenir y expulsar al líder libio Muammar Gadafi con sus ataques aéreos.

Pero ni siquiera al amparo de los bombardeos aliados han logrado las fuerzas rebeldes obtener una ventaja evidente sobre las tropas del gobierno.

De hecho, según aumentan las víctimas civiles y se aproxima un desastre humanitario cada vez mayor, las operaciones militares de Occidente han convencido a algunos de los rebeldes de que la oposición está traicionando los intereses nacionales y recurriendo a las potencias para resguardar sus propios intereses.

Además de acusar al régimen de Gadafi de corrupción y de ejercer la dictadura, la oposición no ha encontrado ninguna otra argumentación convincente para socavar su legitimidad.

La oposición se compone de muchas facciones en pugna por el poder, lo que ha vulnerado la unidad de los rebeldes, y hay preocupación entre los aliados occidentales de que una era pos-Gadafi sería incapaz de restaurar el orden.

Cuanto más se empantanen los aliados occidentales en el conflicto doméstico libio más fuerte serán los sentimientos anti-intervencionistas en Africa, lo que redundará en menos legitimidad política para la oposición del país árabe.

La creciente unidad de África sobre el tema libio contrasta con la fragmentación del mundo árabe, que en un principio intentó instigar a los países occidentales a intervenir en el conflicto libio, dispuestos a sacrificar a Gadafi en el altar de las revueltas regionales.

Pero cuando Gadafi demostró ser un hueso duro de roer, la Liga Arabe comenzó a distanciarse de Occidente, en busca de quitarse el cartelito de «traidor a los intereses árabes». Tal como van las cosas, en algún momento el mundo árabe les pasará la cuenta a ciertos gobiernos de la región por su complicidad.

En gran medida, la crisis de Libia ha dividido al mundo árabe en tres partes, a saber: los que se ponen del lado de África, los que apoyan a Irán y los defensores de Occidente. Esto ha reducido aún más la influencia del mundo árabe en sus asuntos regionales.


(Agencias) 11 civiles murieron y otros 18 resultaron heridos durante ataques aéreos, ayer miércoles, de aviones de combate de la OTAN contra dos ciudades situadas al sur de Trípoli, informó hoy la agencia de prensa libia Jana.

Jana, que cita fuentes militares, señaló que siete de esos civiles murieron y 18 resultaron heridos en bombardeos nocturnos de la OTAN en la región de Jelat El Fordjan.

La fuente añadió que esos ataques han igualmente provocado la destrucción de numerosas viviendas y otras infraestructuras.

Los otros cuatro civiles murieron en la región de Bir El Ghanem, en donde también ha habido daños materiales, según Jana.

Ayer, los medios oficiales libios acusaron a las fuerzas aéreas de la OTAN de destruir las infraestructuras de comunicación y de transmisión de audio y vídeo en varias ciudades del país.

La televisión estatal ha difundido imágenes que pretenden representar los daños ocasionados en una de estas infraestructuras en Sirte, la ciudad natal de Muamar al Gaddafi.

Los últimos días la OTAN ha intensificado sus ataques en varias zonas de Libia, especialmente en la región de Trípoli, en Sirte y en Aziziya, contra depósitos de municiones, medios de defensa antiaérea y puestos de mando militares.

La Alianza ha tomado el mando de las operaciones en Libia para hacer respetar la zona de exclusión aérea el 31 de marzo pasado.