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30 de octubre de 1983: Alfonsín ganaba las elecciones / A cuarenta años del retorno de la “democracia”

Escribe Francisco Moreira

La caída de la dictadura militar fue un logro revolucionario de las masas. En octubre de 1983 Raúl Alfonsín (UCR) ganó las elecciones. Con Alfonsín y los sucesivos gobiernos patronales la Argentina continuó siendo una semicolonia capitalista, cuya población está sumida en la pobreza y miseria crecientes. Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad planteamos la pelea por las soluciones de fondo y seguimos luchando por el gobierno de las y los trabajadores y el verdadero socialismo.

El 30 de octubre de 1983 se realizó la elección presidencial que terminó con siete años de dictadura militar. En ella triunfó, con casi el 52% de los votos, la fórmula radical integrada por Raúl Alfonsín y Víctor Martínez. En la campaña electoral, los candidatos Ítalo Luder (PJ) y el propio Alfonsín (UCR) habían lanzado todo tipo de promesas. Millones de trabajadores y otros sectores populares, incluyendo a muchos peronistas, le dieron su voto a Alfonsín, quien se hizo eco de las aspiraciones de libertad y progreso surgidos en la lucha contra la dictadura. Dos de sus emblemáticas consignas fueron: “con la democracia se come, se cura y se educa” y “no pagaremos la deuda externa con el hambre del pueblo”. Ninguna de las dos se cumplieron.

Cuarenta años de ajuste, saqueo y promesas incumplidas

La dictadura militar instaurada el 24 de marzo de 1976 dejó un saldo de 30.000 detenidos desaparecidos, alrededor de 500 bebés apropiados y miles de exiliados. Profundizó el saqueo imperialista y el sometimiento del país, aumentando la pobreza y la miseria. Creció la deuda externa de 7.800 a 45.100 millones de dólares. La caída de la dictadura fue un enorme triunfo revolucionario, logrado por movilizaciones obreras y populares en medio de una profunda crisis social y económica, y tras la derrota en la guerra de Malvinas. Este triunfo abrió una etapa de grandes libertades democráticas en la que se profundizaron las movilizaciones amenazando al régimen capitalista. La Junta Militar, encabezada por el general Reynaldo Bignone, y los partidos nucleados en la Multipartidaria (UCR, PJ y otros, con la adhesión del PC y PS), lograron desviar el proceso de movilizaciones hacia las elecciones de octubre de 1983.

El triunfo de Alfonsín despertó grandes expectativas que pronto fueron defraudadas. Tras el histórico juicio a las Juntas Militares, promovió las “leyes de impunidad” (Obediencia Debida y Punto Final) para los genocidas. Reconoció la fraudulenta deuda externa de la dictadura y el FMI continuó monitoreando los planes de ajuste. Redujo los presupuestos de Salud y Educación, los salarios cayeron y la inflación se disparó.