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¡El cuerpo de Facundo es una guerra!

La comunicación y el diálogo de las comunidades con el agua es vital, permanente, intransferible, inmodificable. En cambio, el Estado y las empresas extractivas pretenden convertir los cuerpos, los cursos de agua dulce y todas las formas de vida, en cemento, cenizas, raíces quemadas para el olvido.

El cuerpo de Facundo es la representación de esta tensión, de esa lucha. ¡El cuerpo de Facundo es una guerra! Cada vez que un hermano mapuche asume esta responsabilidad, coloca en evidencia la injusticia estatal, la mentira, el montaje mediático, el testimonio bajo amenaza. La coerción sobre las comunidades mapuche.

La única prueba que necesitó el Tribunal Oral en lo Penal de Valdivia para encerrar a Huala fue el testimonio de una persona que aseguró haber visto cerca del incendio, en el fundó Pisú Pisué (en la comuna de Río Bueno), a un hombre con la cara tapada, parecido a Facundo Huala. Ni siquiera, como parte del montaje jurídico, pudo asegurar que haya sido él.

El desequilibrio que están produciendo en la salud de Facundo, en su sangre, es la misma que producen en los territorios, cuando se activa cualquier proyecto extractivo. Facundo está padeciendo en vida, lo que constantemente padecen el resto de las formas de vida, cada vez que se habla de “progreso, “capitalismo”, “evolución”.

El cuerpo de Facundo va a estallar como una guerra, una bomba espiritual, como mil raíces de conciencia.

Se defiende el río, la vida y la reinvindicación identitaria; se defiende incluso con la propia vida. Este es el mensaje, la advertencia y el legado que perdurará. Y aunque se intenté repeler con contramensajes que vinculan al mapuche con acciones terroristas, la defensa del conocimiento antiguo crecerá y se desplegará como proliferan los coirones en la pretendida estepa sureña.

anred.org 22/07/24