En pleno Mundial Sigue la pulseada salarial
Empezó el Mundial en Sudáfrica, con el color y el ruido ensordecedor de las vuvuzelas. Y, a la distancia, con todo el fervor puesto por el pueblo trabajador hacia la celeste y blanca. Se dio la primer alegría ante Nigeria y empezaron los infaltables debates, en los lugares de trabajo, sobre la escurridiza jabulani y los posibles cambios en el equipo nacional ante los desafíos que se le presentan para poder pasar de ronda. El gobierno, ni lerdo ni perezoso, aprovecha cada espacio para seguir mostrándose como “popular” junto a las “bondades” de su modelo. Esta vez lo hizo con una propaganda sobre la entregade los decodificadores, con Gastón Pauls, pasada en el entretiempo del partido inaugural por la TV Pública, con el intento de ocultar los graves problemas que afectan a los trabajadores. En medio del evento más popular del mundo siguen la inflación y los bajos salarios. La suba de precios (en mayo fue la mayor de ese mes en los últimos ocho años) sigue fogoneando la situación y devorando los salarios y jubilaciones. Es el ajuste de Cristina para pagar la deuda externa. A los constantes aumentos en los productos de primera necesidad, ahora se le suman los faltantes de azúcar, aceite, arroz, entre otros productos básicos. Lo que preanuncia un nuevo aumento de precios en esos artículos, a los que hay que agregar los incrementos en los combustibles, celulares y varios servicios. Mientras el 60 % de los que trabajan “en blanco” gana menos de $2.000, la otra mitad que lo hace “en negro” cobra $1.500 y la jubilación mínima, que perciben el 76 % de jubilados y pensionados, cubre sólo la mitad de la canasta básica de alimentos. ¡Basta de inflación y bajos salarios! ¡Basta de pagar deuda externa! ¡Que esa plata vaya para salario, salud educación!