Escribe José Castillo
Desde diciembre pasado no cesa el levantamiento popular exigiendo que se vaya el gobierno criminal de Dina Boluarte. Hace casi dos meses que el país está paralizado con huelgas regionales, cortes de ruta, bloqueos a aeropuertos y marchas regionales. Pese a la feroz represión, la movilización continúa y ya ha llegado a Lima.
El mundo está conmovido por la rebelión popular y campesina en el Perú. Las mismas cadenas internacionales lo siguen como uno de los puntos más altos de las luchas en el mundo.
Las movilizaciones, que estallaron en diciembre apenas Dina Boluarte se apropió del gobierno, reclamando su renuncia y también la del parlamento de derecha corrupto, siguen, se masifican y se extienden cada vez más a diferentes regiones. Todo esto a pesar de la brutal represión que ya lleva más de 60 muertos y cientos de heridos. En las últimas semanas, la “Marcha de los cuatro Suyos” (rememorando las masivas manifestaciones que provocaron la caída de la dictadura de Fujimori en 2000) culminó con la llegada de decenas de miles a Lima, con una marcha masiva el jueves 19 y miles que permanecen hasta ahora en la propia Capital del país. A pesar de la durísima represión, que incluyó la entrada de la policía con tanquetas en la histórica Universidad de San Marcos, siguieron llegando delegaciones a Lima, mientras continúan las acciones en Cuzco, Ayacucho, Arequipa y otras ciudades. La represión en Lima ya dio su primer muerto con Victor Santisteban. Es evidente que el espíritu de las movilizaciones es continuar hasta que se vaya Dina Boluarte, se levante el estado de emergencia, se castigue a los responsables de los asesinatos y se convoque a una asamblea constituyente para terminar con la constitución fujimorista.
¿Por qué se produjo esta insurrección?