Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
Cisjordania ocupada vive su mayor pico de violencia desde la Segunda Intifada (2000-2005). Son 130 palestinos muertos en lo que va de año, muchos de ellos denunciados como “milicianos”, pero también civiles (incluyendo 22 menores), la mayoría en enfrentamientos armados con tropas israelíes que han intensificado sus redadas en la zona, especialmente en el área de Nablus y Yenín.
En los últimos días se produjeron dos de estos ataques criminales. Centenares de colonos sionistas armados, respaldados por militares israelíes, atacaron el jueves 22 de junio por la noche la aldea de Jalud, en el norte de Cisjordania, “arrojando piedras a las casas de los habitantes”, informó la agencia oficial de noticias palestina, Wafa. “Los soldados lanzaron ráfagas de disparos contra los aldeanos, hiriendo a uno con balas de goma en la cabeza y a otros dos con metralla”, añadió la misma fuente. Otros tres palestinos fueron heridos con piedras y docenas más sufrieron asfixia por gases lacrimógenos.
Tres días antes, el 19 de junio, cinco palestinos fueron asesinados y otros 91 heridos por ataques armados del ejército de Israel en la ciudad cisjordana de Yenín.
El pretexto de los militares israelíes es que hay milicias armadas. Estas milicias de palestinos existen, pero están dentro de Cisjordania, territorio supuestamente reservado a los palestinos, y son obviamente para defenderse de los continuos ataques tanto del ejército de Israel como de los colonos sionistas.
El ejército además comenzó nuevamente a usar helicópteros que disparan desde el aire a cualquier palestino o palestina, como no ocurría desde la Segunda Intifada (2000-2005).
A 75 años de la fundación de Israel siguen expulsando palestinos de sus tierras y viviendas