Las consecuencias se extienden aún más, ya que se ha suspendido la entrada comercial de alimentos y se imponen restricciones a la asistencia humanitaria. Este doble golpe ha dejado a las organizaciones de ayuda en una situación precaria, dificultando la transferencia eficiente de recursos a quienes más lo necesitan.
La población de Gaza se encuentra atrapada en una espiral de sufrimiento, con dificultades para acceder a alimentos básicos y enfrentando condiciones inhumanas. La comunidad internacional observa esta realidad con aparente preocupación, pero sin hacer absolutamente nada, mientras la situación empeora día tras día.
La urgencia de actuar se hace evidente, ya que la falta de recursos básicos amenaza la vida y el bienestar de la población. Se requiere una respuesta coordinada y rápida para abordar esta crisis humanitaria y proporcionar asistencia esencial a los habitantes de Gaza, quienes luchan por sobrevivir en medio de la destrucción y la desesperación. Solo que esa respuesta no va a llegar, porque solo hay complicidad con el genocidio en curso.
Las mujeres embarazadas y las madres lactantes, quienes enfrentan condiciones alarmantes debido a la ofensiva israelí, según denuncias de ONU Mujeres.
Decenas de miles de mujeres embarazadas se encuentran en una situación de hambre aguda, mientras las madres, afectadas por la desnutrición, luchan por amamantar a sus recién nacidos. La devastación en Gaza ha llevado a que dos madres palestinas pierdan la vida cada hora, y siete mujeres fallezcan cada dos horas, subrayando la urgencia de un alto el fuego humanitario inmediato.
La población femenina en Gaza se enfrenta a condiciones críticas, ya que alrededor de 50,000 mujeres embarazadas luchan por acceder a alimentos adecuados. Además, con más de 180 nacimientos diarios, aproximadamente 68,000 mujeres lactantes necesitan intervenciones nutricionales preventivas o curativas de manera urgente, según las Naciones Unidas.
El Monitor Euromediterráneo de Derechos Humanos ha revelado que el 71 por ciento de la población de Gaza sufre de hambre aguda, y el 98 por ciento lucha por conseguir suficientes alimentos. La situación crítica afecta directamente a las mujeres embarazadas, quienes enfrentan desnutrición y dificultades para proporcionar una adecuada alimentación a sus bebés recién nacidos, alertó ActionAid Palestina.
Adicionalmente, el acceso al agua potable se ha vuelto extremadamente limitado, con solo 1.5 litros de agua por persona al día en Gaza, muy por debajo de los 15 litros necesarios para la supervivencia básica. Las mujeres embarazadas y lactantes, que necesitan otros 7.5 litros de agua potable al día, se ven afectadas de manera severa por esta escasez.
Human Rights Watch ha condenado las tácticas del Gobierno israelí, señalando que están utilizando el hambre como arma de guerra, con consecuencias devastadoras para la población de Gaza. La comunidad internacional mira con creciente preocupación mientras la crisis humanitaria se intensifica en la región.
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